jueves, 30 de marzo de 2017

Prevención de riesgos en el ocio nocturno (XXI)


Prevención y reducción de riesgos en el ocio nocturno: el papel de las corporaciones locales (XXI)

Mariangels Duch, Amador Calafat y Montse Juan
Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea)

4. QUÉ PAPEL PUEDEN JUGAR LAS CORPORACIONES LOCALES EN LA GESTIÓN DE LA VIDA NOCTURNA
Durante los últimos años hemos asistido
en España a una proliferación de fiestas, verbenas
y festivales promovidos y/o financiados
por corporaciones locales, así como a
la creación de ‘botellódromos’ y otros espacios
de ocio. De forma que mientras las
municipalidades se convertían en uno de los
primeros promotores de los espacios de
ocio nocturno devenían también uno de los
principales infractores, en términos de salud
pública y seguridad, al no tomar responsabilidades
sobre el consumo de los menores
que estos espacios promueven.
Las fiestas populares y patronales (ferias,
verbenas, carnavales) suponen un motor de
promoción para las municipalidades tanto
desde el punto de vista económico como
del turístico y cultural; y un momento de diversión
y encuentro para los conciudadanos
y sus visitantes. Al mismo tiempo, las municipalidades
deben trabajar con los grupos y
entidades que participan en la organización
de estos eventos (con la instalación de casetas
y barras de comida y bebida como fuente
de financiación) para que se cumpla la normativa
vigente y en especial la prohibición
de dispensar alcohol a los menores de edad.
Este trabajo supone tanto una labor de sensibilización
sobre el problema como de supervisión
para que se cumpla la normativa.
Durante los últimos años las corporaciones
locales han incorporado dentro de sus planes
de drogas programas como el de ‘policía
tutor’, que imparte programas preventivos
dentro de la escuela al tiempo que supervisa
los entornos donde se reúnen los adolescentes;
y de ‘servicio responsable’, de formación
para personal de hostelería y técnicos
de las administraciones en dispensación
responsable de bebidas. Otras iniciativas
incluyen el programa ‘Q de festa’ implementado
en distintas localidades de Cataluña; o
los programas de ocio alternativo ‘Abierto
Hasta el Amanecer’ en Gijón, o ‘La noche es
joven’ en Santander. La mayoría de estas iniciativas
bien no cuenta todavía con una evaluación,
o no han demostrado eficacia en la
prevención del consumo de alcohol y otras
drogas más allá de la movilización juvenil que
suponen (se puede consultar www.prevencionbasadaenlaevidencia.
net para tener más
detalles de alguno de estos programas y de
sus evaluaciones).
Como hemos visto, las corporaciones
locales cuentan con un enorme potencial
en prevención estructural (regulación de los
horarios de venta de alcohol, prohibición
de su consumo en ciertos lugares y determinados
momentos, reorganización y fortalecimiento
de la policía, respeto a la legalidad
vigente, perímetros de seguridad y de
tranquilidad…) y conductual (programas en
el medio escolar para estudiantes y familias,
actividades de sensibilización con educadores
de calle y trabajadores sociales…) que
pueden desarrollar los profesionales y técnicos
de las distintas áreas que los componen.
Asimismo, estos técnicos y profesionales –
junto con sus responsables políticos—pueden
ejercer una gran influencia en la conformación
de la opinión pública y en las actitudes
de la población; de forma que, la sensibilización
de los ciudadanos hacia objetivos
preventivos y de salud pública deviene una
herramienta fundamental a la hora de modificar
la proyección social del alcohol y otras
drogas, incrementando la percepción del
riesgo hacia ellas y cuestionando su aceptación
social, para hacer frente a la promoción
que realizan muchos medios y la industria. El
trabajo en coalición facilita la implantación,
implementación y sostenibilidad de las medidas
que emprenda la administración.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

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