miércoles, 31 de mayo de 2017

Cannabis-Tabaco


El proyecto ÉVICT, en su tercer año de investigación sobre el cannabis y el tabaco, ha realizado una serie de informes científicos y materiales didácticos para hacer llegar a la población información objetiva sobre ambas sustancias; información que, con demasiada frecuencia, resulta peligrosamente distorsionada.
Se ha realizado un vídeo con motivo de la campaña Stoptabaco, el 31 de mayo, Día Mundial sin Tabaco. Se trata de un proyecto financiado por el Plan Nacional sobre Drogas.
Aquí puede verse el vídeo https://youtu.be/5evrvhShXT4 
La página web es www.evictproject.org 
El correo electrónico, evictproject@gmail.com
Y el twitter, @evictproject

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REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

martes, 30 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXVIII)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXVIII)
M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela



DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Otra posible explicación a nuestros datos puede deberse a la alta permisividad y la baja percepción de riesgo del consumo de alcohol frente a otras drogas que presentan inmigrantes adultos latinoamericanos, tal como señala el estudio de Conde y Herranz (2004) realizado con una metodología cualitativa. En este estudio también se informa de un elevado consumo de alcohol en el contexto de las actividades de ocio en la población estudiada, y de forma muy destacable en el colectivo de ecuatorianos. Otros estudios realizados en nuestro país en población adulta (e.g., Tortajada et al., 2008) han encontrado una alta prevalencia de consumo de alcohol en inmigrantes latinoamericanos. En consonancia con estos hallazgos, es posible que el hecho de que los adolescentes estén más integrados en nuestra cultura y rechacen su cultura de origen actúe como un factor de protección en los contextos familiares en los que la permisividad y el consumo de alcohol son elevados. La necesidad de autonomía de los adolescentes puede hacer que la integración en la nueva cultura y el rechazo de los valores de su propio entorno cultural se asocien a un proceso de adaptación positivo. El hallazgo del estudio de Rodríguez y colaboradores (2007) realizado con adolescentes latinos sometidos a tratamiento por problemas con el consumo de drogas de que, precisamente, los adolescentes menos aculturados tenían las mayores tasas de consumo y mayores problemas con las drogas, constituye una evidencia en sintonía con este argumento. A pesar de la importancia que las diferentes estrategias de aculturación tienen en el consumo de los inmigrantes latinoamericanos, los resultados no son del todo consistentes. Ello se debe a que la asociación entre aculturación y consumo de drogas en adolescentes es un proceso complejo, dinámico y multidimensional. Además, existen problemas metodológicos 
en muchos de los estudios norteamericanos ya que utilizan la aculturación como un constructo unidimensional relacionado con la habilidad lingüística (Unger et al., 2004). Existe un acuerdo en apoyar el biculturalismo como la estrategia de aculturación más adaptativa. Sin embargo, la relación entre los otros tipos de aculturación y el consumo parece estar mediatizada por otras variables de carácter contextual e individual y, mientras para algunos adolescentes y en algunos contextos puede ser adaptativo la asimilación y el rechazo de su cultura de origen, en otros casos el apego a su cultura de procedencia puede constituir un factor de protección. Por todo ello, es necesario reconocer que la influencia de los procesos de aculturación sobre el consumo no se puede entender sin tener en cuenta otro importante conjunto de variables que se ha comprobado que están fuertemente relacionadas con el consumo de drogas de los adolescentes. El análisis, en este trabajo, de la significación de otras variables personales y contextuales en la explicación del consumo de drogas ha revelado ciertas diferencias que puede considerarse igualmente importantes para el diseño de estrategias de intervención específicas para este colectivo. Entre las variables predictoras del uso de drogas y la intención de consumo en los adolescentes autóctonos e inmigrantes adquieren relevancia, de forma similar para ambos grupos, las variables que hacen referencia al consumo de sustancias por parte de los amigos y a la falta de supervisión paterna de las actividades y acompañantes de los/as hijos/as fuera del hogar. Así pues, los dos contextos de influencia por excelencia para los adolescentes, esto es, los amigos y la familia, están jugando ese papel determinante que, de forma repetida, ha sido destacado en la investigación nacional e internacional (e.g., Fang et al., 2008).
Sin embargo, nuestros datos nos llevan a plantear un ligero matiz que subyace al entendimiento de los factores de más interés en la explicación de la conducta de consumo y que, según nuestros resultados, diferencia a los estudiantes autóctonos de los de origen lationamericano. Ocurre que, mientras para los adolescentes nativos españoles la falta de resistencia a las presiones ejercidas por el grupo de iguales se manifiesta como un factor predictor del consumo de drogas, para los adolescentes inmigrantes, es la impulsividad la que se muestra como variable con poder predictivo. Este mayor peso de las variables personales en la explicación del consumo en los inmigrantes se refuerza cuando examinamos los factores que actúan como predictores de la intención de consumo futuro de sustancias. En este caso, para ambos grupos, una inadecuada relación con el contexto escolar se alza como una nueva variable contextual a tener en cuenta. Sin embargo, a la vez que el consumo de los amigos y la susceptibilidad a la persuasión se presentan como las variables de mayor poder predictivo en la muestra de autóctonos, para los estudiantes inmigrantes, el valor de la impulsividad como predictor de la intención de consumo se ve reforzado por una segunda variable de personalidad, el afán por buscar sensaciones novedosas. Las pautas que pueden marcar el diseño de los programas de prevención están, pues, sobre la mesa. Llevar a cabo intervenciones preventivas que impulsen la competencia social y académica de los estudiantes e implicar a la comunidad escolar y a los padres en su desarrollo parece resultar definitivo en su eficacia. La diferencia estriba en el énfasis que se otorgue a sus componentes principales, bien dirigidos a desarrollar estrategias de resistencia hacia el ofrecimiento de drogas por parte de los compañeros, una opción especialmente relevante en el caso de los 
adolescentes autóctonos, o bien dirigidos a potenciar estrategias de autocontrol y habilidades de toma de decisiones, un ingrediente destacable de las intervenciones preventivas para los adolescentes inmigrantes. Como conclusión última debemos reseñar que, si bien los resultados encontrados en esta investigación deben ser corroborados en investigaciones futuras con adolescentes de edades superiores e, incluso, con niveles más problemáticos de consumo, el conocimiento aportado por esta investigación puede ser de gran ayuda para la optimización de propuestas de intervención adaptadas a las particularidades culturales y contextuales de los distintos grupos de adolescentes que confi guran nuestra realidad social. 

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

lunes, 29 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXVII)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXVII)
M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela


DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Además de ello, necesitamos conocer sobre qué debemos intervenir. Parece existir un consenso entre los investigadores que trabajan en el desarrollo y evaluación de programas de intervención que los programas que tienen en cuenta y se orientan a la modificación de los factores de riesgo y protección son los más eficaces (Greenberg, 2004). Por ello, en este trabajo hemos analizado cuáles son los factores relevantes para la comprensión del consumo de drogas en los adolescentes de ambos colectivos. La investigación ha puesto de manifiesto la necesidad de tener en cuenta el proceso de aculturación como factor de riesgo en el desarrollo de desajustes conductuales, psicológicos y sociales en el colectivo de inmigrantes (De La Rosa, 2002; Marsiglia et al., 2008; Unger at al., 2004). El análisis que se realiza en el presente estudio acerca de la relación entre la aculturación y el consumo de drogas nos lleva a resultados que, en cierta medida, contradicen lo planteado desde la literatura anglosajona. En primer lugar, encontramos, consistentemente con la literatura, que la estrategia de aculturación que parece más positiva en relación con el consumo de drogas (no se registra ninguna correlación significativa) es la de integración, aquella que supone la satisfacción/ agrado tanto con la cultura de origen como con la de acogida. Sin embargo, es de destacar que aquellos adolescentes que tienen una mayor preferencia por su cultura de origen y cuya experiencia de aculturación, la separación, incluye insatisfacción/rechazo hacia el entorno español, son los más proclives al consumo. Esto se refleja tanto en la intención de consumo y en las actitudes favorables hacia las drogas como en todos los indicadores de consumo de alcohol. Asimismo, el mayor apego por su cultura de origen sigue siendo un predictor importante del consumo en el grupo de inmigrantes cuando se tienen en cuenta otras variables personales y contextuales relacionadas con el consumo. En consonancia con estos resultados, en nuestro estudio se aprecia la existencia de una correlación negativa entre la estrategia de asimilación y la cantidad de consumo de alcohol. Éste es un dato igualmente encontrado por Fosados y colaboradores en 2007. Así pues, parece que el rechazo de la cultura de origen y una mayor integración en la cultura española de acogida supone un factor de protección del consumo de alcohol. Estos datos muestran una diferencia notable con los resultados que se obtienen en los estudios americanos con inmigrantes de origen latino, en los que el apego a su cultura de origen se considera un factor protector del consumo (Gil, Wagner y Vega 2000; Marsiglia y Daley, 2002) y la asimilación constituye un factor de riesgo del consumo (Vega y Gil, 1998). Posiblemente, estas discrepancias con los resultados de otros estudios puedan explicarse por las características de la inmigración latinoamericana en nuestro país. La facilidad de integración en nuestro entorno cultural de la inmigración de origen latino, al compartir elementos como la lengua, la religión y otras costumbres, puede estar amortiguando notablemente el choque adaptativo. De tal forma, podemos considerar que el “estrés aculturativo”, entendido como producto del esfuerzo de afrontamiento de los cambios propios del proceso migratorio (Mena, Padilla y Maldonado, 1987; Levecque, Lodewyckx, y Vranken, 2007), resulta menor entre la población latinoamericana en nuestro país. Es posible, pues, que sea para aquellos que tienen un mayor apego a su cultura de origen, y desean mantener sus propias costumbres y tradiciones, para los que la tensión por la situación de inmigración sea mayor y, en consecuencia, presenten mayores problemas de adaptación en su experiencia migratoria. Apoyando este argumento, algunos autores (Achotegui, 2002) nos hablan de la reacción de duelo ante la pérdida de elementos de la cultura de origen como un factor de riesgo de desajustes psicológicos en la experiencia migratoria. 

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 


jueves, 25 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXVI)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXVI)
M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela


DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Cuando analizamos el colectivo de inmigrantes dividiendo la muestra en tres grupos según el lugar de procedencia (colombianos, ecuatorianos y otros), vemos que es el colectivo de inmigrantes colombianos el que presenta mayores niveles de prevalencia en el consumo de todas las sustancias, incluyendo el cannabis y otras drogas, una mayor frecuencia de consumo de alcohol y una mayor puntuación en problemas con las drogas e intención de consumo. Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de tener en cuenta el carácter plural y diverso del colectivo de inmigrantes latinoamericanos en nuestro país. Al respecto, Arbex, Jimenez, Aldeano y Peral (2005), en un estudio de carácter cualitativo sobre menores inmigrantes, ya indicaban que no se trata de un colectivo uniforme y que cada grupo plantea necesidades específicas que deben tenerse en cuenta en las actuaciones con menores inmigrantes. En sintonía con este planteamiento, nuestros datos indican que el colectivo de inmigrantes colombianos debería ser un grupo de especial consideración en cuanto al desarrollo de actuaciones preventivas en los centros educativos. Por otra parte, los datos obtenidos cuando analizamos los patrones de consumo según el género de los adolescentes también nos aportan datos de interés. Cuando examinamos los niveles de consumo dividiendo las muestras en función del género, vemos que las diferencias encontradas en relación con el mayor consumo de alcohol en el colectivo de inmigrantes se mantienen en la muestra de mujeres y desaparecen en la de varones. El colectivo de mujeres inmigrantes, comparado con las españolas, presenta una mayor prevalencia en el consumo alcohol y tasas más altas en todos los indicadores de uso de esta sustancia. Estos resultados vuelven a ser de gran relevancia para la prevención y apuntan a la necesidad de prestar especial atención a este colectivo en la población inmigrante.
En la muestra de chicos cabe reseñar el mantenimiento de las diferencias, encontradas ya en la muestra general y referentes al consumo de cannabis, significativamente mayor en el grupo de españoles. Estos datos los encontramos igualmente en la muestra de mujeres. Los datos sobre patrones de consumo teniendo en cuenta el género nos permiten afirmar, en contra del tópico que relaciona el consumo con la población inmigrante, que en los adolescentes varones se produce un menor consumo de drogas entre los inmigrantes latinoamericanos que entre los adolescentes españoles. En el grupo de mujeres encontramos que esto es cierto considerando el consumo de cannabis y de tabaco; sin embargo, con respecto al consumo de alcohol el colectivo de mujeres inmigrantes se revela como un grupo especialmente vulnerable. El desarrollo de la investigación sobre la eficacia de los programas de prevención en las últimas décadas ha puesto de manifiesto que la práctica preventiva debe estar guiada por el conocimiento del problema y de sus determinantes (Luengo, Mirón y Otero, 1990). El análisis de los patrones de consumo entre los adolescentes permite identificar los grupos más vulnerables sobre los que incidir en las intervenciones preventivas y que, según nuestros datos, en la población inmigrante latinoamericana lo son las mujeres y el colectivo de adolescentes colombianos. El conjunto de nuestros resultados nos lleva a considerar la necesidad de desarrollar, en el ámbito escolar, programas preventivos culturalmente sensibles, es decir, adaptados a las particularidades que la realidad multicultural vigente en nuestra sociedad actual nos exige.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

miércoles, 17 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXV)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXV)
M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela


DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los resultados del presente estudio ponen
de manifiesto, en consonancia con los datos de
la última Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas
en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) publicada
por el Plan Nacional sobre Drogas (2008),
que la sustancia más consumida por los adolescentes
es el alcohol, seguida por el tabaco
y el cannabis; si bien nuestros datos presentan
tasas de prevalencia más bajas que las estatales
debido, en gran parte, a la menor edad de los
adolescentes (14,15 años). Esto mismo ocurre
en el estudio de Meneses y colaboradores
(2009) con adolescentes escolarizados de diferentes
grupos étnicos y con una edad similar
(14,81años). Cuando comparamos los grupos
de adolescentes autóctonos e inmigrantes latinoamericanos
vemos que existen diferencias
significativas entre ambos grupos en el consumo
de alcohol, el consumo de cannabis y en el
consumo mensual de tabaco: los adolescentes
inmigrantes, presentan un mayor consumo de
alcohol, sin embargo, la frecuencia de consumo
de cannabis y el consumo mensual de tabaco
es significativamente superior para los estudiantes
nativos. Estos resultados son similares
a los encontrados en otros estudios (véase
Blum et al., 2000; Holowaty, Feldman, Harvey
y Shortt, 2000) y contrarios a los obtenidos
en nuestro país, por Meneses y colaboradores
(2009) que encuentran un mayor consumo de
tabaco, alcohol y otras drogas en el grupo en el
que se incluyen los adolescentes de diferentes
grupos étnicos residentes en España.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXIV)



El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXIV)
M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela



DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los resultados del presente estudio ponen
de manifiesto, en consonancia con los datos de
la última Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas
en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) publicada
por el Plan Nacional sobre Drogas (2008),
que la sustancia más consumida por los adolescentes
es el alcohol, seguida por el tabaco
y el cannabis; si bien nuestros datos presentan
tasas de prevalencia más bajas que las estatales
debido, en gran parte, a la menor edad de los
adolescentes (14,15 años). Esto mismo ocurre
en el estudio de Meneses y colaboradores
(2009) con adolescentes escolarizados de diferentes
grupos étnicos y con una edad similar
(14,81años). Cuando comparamos los grupos
de adolescentes autóctonos e inmigrantes latinoamericanos
vemos que existen diferencias
significativas entre ambos grupos en el consumo
de alcohol, el consumo de cannabis y en el
consumo mensual de tabaco: los adolescentes
inmigrantes, presentan un mayor consumo de
alcohol, sin embargo, la frecuencia de consumo
de cannabis y el consumo mensual de tabaco
es significativamente superior para los estudiantes
nativos. Estos resultados son similares
a los encontrados en otros estudios (véase
Blum et al., 2000; Holowaty, Feldman, Harvey
y Shortt, 2000) y contrarios a los obtenidos
en nuestro país, por Meneses y colaboradores
(2009) que encuentran un mayor consumo de
tabaco, alcohol y otras drogas en el grupo en el
que se incluyen los adolescentes de diferentes
grupos étnicos residentes en España.


REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

martes, 16 de mayo de 2017

Las empresas que prometen curarte de tu adicción a las redes sociales


 mayo 16, 2017

​Los expertos advierten que no es bueno depender demasiado de las técnicas de mindfulness o de los retiros de desintoxicación digital sin hacer un seguimiento adicional
Si eres de las personas que no pueden evitar la tentación de ingresar a tu cuenta de Facebook o Instagram durante las horas de trabajo o si te sientes ansioso cuando no puedes revisar tu teléfono inteligente, quizás necesites ayuda profesional.
Es una asistencia que, en los últimos años, ha aparecido para los usuarios que no consiguen mantenerse alejados de sus dispositivos, aunque quisieran hacerlo.
Así, hay terapistas que ofrecen asesoramiento, entrenadores de mindfulness (atención plena) que organizan retiros para desintoxicarse y start–ups que fomentan el bienestar corporativo, todas compitiendo para ayudarte a pasar el día, sin estar en una constante navegación compulsiva.
Ayudar a ser responsable
“Le damos lecciones a la gente para aprender a conducir y nadar, pero cuando se trata de teléfonos inteligentes, todo el mundo simplemente recibe uno y se pone a usarlo”, resalta Pamela Rutledge, directora del Centro de Investigación de Psicología de los Medios, una organización sin fines de lucro, en Newport Beach, EE.UU.
“Se necesitan habilidades para navegar por cualquier espacio social“, recalca.
Talkspace lanzó esta campaña en la que advierte de los efectos del uso excesivo de las redes sociales, como si se tratara de un letrero de advertencia contra el cáncer en una cajetilla de cigarros. TALKSPACE
Basado en Houston, EE.UU., el terapista Nathan Driskell dice que en los últimos años el número de personas que le solicitan ayuda para tratar la llamada adicción a las redes sociales ha aumentado en un 20% y ahora conforman el 20 por ciento de sus pacientes.
Curiosamente, Driskell agrega que, mientras tanto, ha disminuido ligeramente el número de clientes que buscan tratamiento por su adicción a los juegos de computadora.
No reconocida, pero tratable
Hay que decir que la adicción a las redes sociales no está reconocida oficialmente como un trastorno por textos de clasificación médica como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM, por sus siglas en inglés), una especie de “biblia” sobre la materia.
Si debería ser o no considerado como tal es un tema controvertido.
Sin embargo, algunos terapistas, incluyendo a Driskell, tratan a los pacientes con los mismos métodos que usarían para ayudar a personas con otras adicciones.
Y Driskell apunta que, en cierta forma, el impacto psicológico provocado por Facebook, Snapchat y otras plataformas digitales puede ser más difícil de tratar que otras adicciones reconocidas.
“Es peor que al abuso del alcohol y las drogas porque es algo mucho más atractivo y no carga ningún estigma”, sostiene.
Driskell cobra US$150 por hora y trabaja con sus pacientes semanalmente, por lo menos durante seis meses.
Combatir fuego con fuego
Basada en Nueva York, la start–up Talkspace ofrece asesoramiento en línea con unos 1,000 terapistas a la disposición.
Una de sus directivas, Linda Sacco, señala que en 2016 comenzaron a ofrecer servicios dedicados específicamente al uso de los medios sociales, lanzando un programa de 12 semanas para ayudar a encontrar una salida para las adicciones online, como parte de un tratamiento más integral.
Los terapistas participantes trabajan con los pacientes para crear conciencia de sus sentidos y el mundo que los rodea, y hacen un seguimiento de sus progresos, añade Sacco, quien se niega a revelar el número de usuarios que están en el programa actualmente.
Pasar demasiado tiempo pegado a las plataformas sociales puede distorsionar la percepción que tienes de ti mismo.
La compañía ofrece terapias que van desde las basadas en mensajes de texto que cuestan a partir de US$138 al mes hasta la que se hace en directo por US$396.
Al tiempo que los clientes usan sus teléfonos inteligentes para las sesiones de terapias, se le enseña cómo usar el aparato en una forma más responsable.
La mayoría decide recurrir a la terapia después de varios intentos en vano por controlar sus impulsos por su propia cuenta, destaca Sacco.
“Ya cuando piensan que necesitan tratamiento han intentado, sin éxito, limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla y se están sintiendo incluso peor”, agrega.
“Los que acuden, realmente reconocen que se está apoderando de sus vidas”.
Deber de ayudar
Otros señalan que los malos hábitos de redes sociales pueden ser tratados como un problema del lugar de trabajo.
En 2014, Oriana Fielding fundó en Londres, Reino Unido, la empresa Digital Detox Company, después de estudiar un libro sobre cómo desconectarse.
Fielding trabaja ahora con diversas compañías para ayudar a sus empleados a navegar en sus redes sociales, en vez de dejar que manejen ese tiempo por sí solos.
En esta campaña se usaron espejos estilo feria para comunicar la idea de que la realidad en las redes no necesariamente refleja los hechos.
Los programas comienzan con un taller personal y luego los empleados reciben módulos online personalizados, que incluyen interrupciones para dedicarse a las redes sociales.
“Nos estamos replanteando nuestra relación con la tecnología”, dice Fielding quien cobra, en promedio, US$748. En su caso, los ejecutivos de una determinada firma pueden inscribirse en talleres adicionales que se centran en aumentar la productividad.
Hacerlo bien
Los expertos advierten que no es bueno depender demasiado de las técnicas de mindfulness o de los retiros de desintoxicación digital sin hacer un seguimiento adicional.
Para Driskell, las desintoxicaciones de un fin de semana o una semana completa, usualmente en entornos naturales para ayudar a los usuarios a despegarse de sus dispositivos, pueden ser un buen primer paso.
Sin embargo, como ocurre con otras adicciones, los clientes deben hacerle seguimiento con visitas al terapista ­entre seis meses a un año­ para entender completamente cómo manejar su propio comportamiento, sin estar en un programa de desintoxicación.
“Es bueno desintoxicarse (por una temporada); el problema es que luego vuelves a la misma vida que tenías antes“, lo que puede obstaculizar los progresos, destaca Driskell.
Autoterapia
Algunas empresas están buscando atraer a los usuarios de redes sociales que no están todavía listos para someterse a una terapia individual, pero que, de todas formas, buscan desconectarse.
Es una buena idea anotarse a una “desintoxicación” temporal, pero para una “cura” verdadera la experiencia debe estar seguida de terapia por varios meses.
En Berlín, Alemania, la compañía Offtime se describe a sí misma como la primera “start­up postecnológica” dedicada a “la concentración y el reequilibrio digital“
Offtime trabaja con los usuarios para controlar su empleo de las redes sociales a través de aplicaciones, al tiempo que ofrece talleres de desintoxicación cara a cara.
El psicólogo Alexander Steinhart, cofundador de la compañía en 2014, señala que se trata de ayudas para quienes están conscientes del excesivo tiempo que le dedican a esos medios, pero quieren enfrentar la situación solos.
En vez de esperar que alguien tenga un problema, es importante que los usuarios busquen una rutina saludable, después de aprender las prácticas más recomendables.
Rutledge dice que hace falta establecer buenos hábitos tecnológicos tan pronto como surja una nueva tecnología.
“La gente tiende a llamarlo directamente una adicción ­señala­ en vez de verlo como una falta de equilibrio”.

lunes, 15 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXIII)



El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXIII)

M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela


RESULTADOS
Para finalizar, apuntar que en los análisis de
regresión realizados también hemos querido
comprobar hasta qué punto la aculturación
posee importancia en la explicación del
consumo de los estudiantes inmigrantes. Los
resultados obtenidos apuntan a que, aunque
las preferencias de los adolescentes hacia su
cultura de origen o la cultura española de
acogida no resultan definitivas en la explicación
del consumo mensual de drogas, sí que tienen
poder predictivo cuando se examinan sus
intenciones de consumo. Precisamente, en el
análisis de regresión que se refleja en la Tabla
11 se muestra cómo la preferencia de los y
las adolescentes inmigrantes por su cultura de
origen se asocia con una mayor intención de
consumo futuro de drogas.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

viernes, 12 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXII)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXII)

M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela

RESULTADOS

Finalmente, en la investigación se ha realizado
también un examen de las diferencias
existentes entre adolescentes autóctonos e
inmigrantes a nivel de factores de riesgo del
consumo e intención de uso de drogas. Para
ello, se han realizado dos análisis de regresión
en los que fueron introducidas como predictores
diversas variables relevantes en los ámbitos
personal y social más importantes para los
adolescentes. En la Tabla 8 se muestran los
datos descriptivos de esas variables predictoras
en los contextos familiar, escolar, personal y
social de los adolescentes.
Por su parte, las Tablas 9 y 10 nos muestran
los resultados de regresión considerando
como variables a predecir la medida total de
consumo mensual de las diferentes drogas
(tabaco, alcohol y cannabis) y la intención de
consumir drogas.
En la Tabla 9 encontramos que los factores
que se revelan significativos para predecir el
consumo mensual en adolescentes autóctonos
son la falta de supervisión familiar, la susceptibilidad
a la persuasión y el consumo de drogas
en los amigos. La escasa supervisión familiar y
el consumo de drogas en los amigos también
se revelan como predictores importantes para
los estudiantes inmigrantes, si bien una tercera
variable se muestra significante en este caso,
la variable de personalidad “Impulsividad”.
La configuración de factores de interés varía
cuando intentamos predecir la intención de
consumo (véase Tabla 10).
Para esta variable criterio, tanto la falta de
supervisión paterna como el consumo entre
los amigos son factores significativos para las
dos submuestras, de adolescentes autóctonos
e inmigrantes. Además, en ambos grupos, el
desajuste escolar también actúa como un
factor de riesgo de la intención de consumo.
Sin embargo, mientras que para los estudiantes
nativos la susceptibilidad a la persuasión
se sigue revelando como variable predictora
de interés, entre los inmigrantes se afianza el
poder predictivo de las variables de personalidad
ya que, en la explicación de la intención
de consumo entre los estudiantes latinos,
junto con la impulsividad, cobra relevancia la
búsqueda de sensaciones.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

jueves, 11 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XXI)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XXI)

M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela

RESULTADOS

Por su parte, en la Tabla 7 se ofrecen los
resultados de la correlación entre estas medidas
de aculturación y los principales índices de
consumo utilizados en este estudio. Los datos
nos indican la existencia de una correlación
significativa y positiva entre la actitud de separación
y la frecuencia de consumo mensual de
alcohol. Otra de las actitudes de aculturación, la
denominada “asimilación”, mantiene una correlación
significativa con la cantidad de consumo
de alcohol pero, en este caso, la relación se
revela inversa. Considerando el cuestionario de
Implicación cultural, se comprueba que la preferencia
por la cultura de origen esté relacionada
directamente con la frecuencia de consumo
mensual de tabaco y alcohol así como con la
cantidad de consumo de bebidas alcohólicas y
el número de borracheras anuales.
En la Tabla 7b se exploran las correlaciones
de las medidas de aculturación con las dos
variables estrechamente relacionadas con el
consumo de drogas, la intención de consumo y
las actitudes favorables a las drogas. En este caso,
las actitudes de “asimilación” y “marginación”
correlacionan directa y significativamente con
las actitudes positivas hacia las drogas, mientras
que la actitud de “separación” lo hace, además
de con las actitudes favorables al uso de drogas,
con la intención de consumo. Por otra parte,
la preferencia por la cultura de origen también
muestra una relación positiva y significativa con
la intención de consumo.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

miércoles, 10 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XX)


El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XX)

M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela

RESULTADOS

A continuación se examina la relación que se
establece dentro del grupo de inmigrantes latinoamericanos
entre la variable de aculturación
y los diferentes índices de consumo de drogas.
En primer lugar, en la Tabla 6 se ofrecen los
datos descriptivos de las medidas resultantes
de las dos escalas utilizadas para evaluar las
actitudes de aculturación que mantienen los
adolescentes inmigrantes en su proceso de
incorporación a la cultura de acogida, la escala
de actitudes de aculturación (Berry et al.,
2006) y el cuestionario de Implicación Cultural
(Szapocznik et al., 1980).

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

martes, 9 de mayo de 2017

El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes (XIX)



El consumo de drogas en los adolescentes inmigrantes: implicaciones para la prevención (XIX)

M. Ángeles Luengo, Paula Villar, Jorge Sobral, Estrella Romero, José A. Gómez-Fraguela
Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Universidad de Santiago de Compostela

RESULTADOS

Después de explorar las diferencias en las
distintas medidas de consumo de drogas entre
las dos submuestras y examinar la infl uencia del
género en ellas, nos centramos en la población
adolescente inmigrante latinoamericana para
investigar la posible existencia de diferencias en
los patrones de uso de sustancias en función al
grupo cultural de origen de los adolescentes.
La descripción de la muestra nos permitió
comprobar que la procedencia de los inmigrantes
latinoamericanos es muy variada y es
posible que la relación que se mantenga con las
sustancias varíe igualmente de un grupo a otro.
Para examinar esta posibilidad, se ha dividido
la muestra de inmigrantes latinoamericanos
en tres grupos considerando distintivamente
los dos mayoritarios, el grupo de procedencia
colombiana y ecuatoriana. En la Tabla 5 se comprueba
cómo las diferencias entre los grupos
se muestran signifi cativas cuando tenemos
en cuenta el porcentaje de adolescentes que
han probado las diferentes sustancias (tabaco,
alcohol, cannabis y otras drogas) y la frecuencia
de consumo en vida y mensual de alcohol.
Para todas estas medidas, son los adolescentes
de origen colombiano quienes muestran los
mayores niveles.
Atendiendo a otras variables relacionadas
directamente con el consumo de drogas,
en la Tabla 5b se refl eja igualmente que los
adolescentes colombianos muestran niveles
signifi cativamente superiores en las variables
“Problemas de drogas” e “Intención de
consumo”.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS