jueves, 2 de febrero de 2017

Aprender a comunicar VI


Aprender a comunicar: prevención familiar en el ámbito local. (VI)
3.1. La importancia de partir de un marco teórico
Ángel Vallés*, Esther Pedrosa**, Francisco Verdú*** y Fortunato Tàpia*
*UPCCA de la Mancomunitat de la Ribera Alta
**Psicóloga
***Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública - Generalitat Valenciana



El programa APRENDER A COMUNICAR
(en adelante AaC) nace como respuesta a la
necesidad de intervención local detectada
en el área de las drogodependencias, fruto
de la investigación desarrollada por Vallés
(1995) y la experiencia en el trabajo diario
desempeñado en dicho ámbito por todos
los profesionales de prevención que lo han
desarrollado. Parte, en su diseño, de las
evidencias en relación a la importancia de
la familia como principal contexto relacional
que ejerce su influencia, tanto positiva como
negativa, sobre los jóvenes. El programa
persigue como objetivo general fomentar la
comunicación funcional bidireccional entre
padres e hijos como vehículo para mejorar el
vínculo afectivo entre éstos, convirtiéndose
en un factor de protección frente a la probabilidad
de presentar problemas de conducta
en general (Kumpfer, 1998; National Institute
of Drug Abuse, 2003; Tasic, Budjanovac y
Mejovsek, 1997) y el consumo de sustancias
en particular (Muñoz-Rivas y Graña, 2001).
La comunicación es la condición sine
qua non para desarrollar cualquier tipo de
intervención preventiva, más si cabe en la
prevención familiar. La comunicación se presenta
como la principal herramienta educativa
con que cuentan los padres para ejercer su
influencia en el desarrollo y educación de sus
hijos. (Vallés et al., 2013).
Por ello, la hipótesis de trabajo del programa
derivada de tales evidencias es que
mejorar la comunicación en el contexto
familiar optimizará el vínculo entre padres
e hijos y les ayudará a ejercer un modelado
saludable, transmitiéndoles normas, actitudes
y valores que les permitan prevenir la
aparición del consumo de sustancias y otras
conductas problemáticas. El planteamiento
de trabajo del programa queda también
recogido en la Estrategia Nacional Sobre
Drogas diseñada para el periodo 2009/2016,
en la que se destaca la importancia de que
las familias fomenten habilidades educativas
y de comunicación en el seno familiar, incrementando
su competencia y su capacidad
para la resolución de problemas, así como la
percepción de la importancia de su papel en
la salud de sus hijos.
Sin embargo, más allá de los factores de
riesgo y protección que pueden influir en el
inicio y desarrollo de la conducta de consumo
del adolescente, es necesario dar un paso más
y reflexionar sobre los modelos teóricos que
orientan y organizan los datos obtenidos en
las observaciones y estudios (Laespada et
al., 2004). Hoy día, uno de los hechos más
importantes que se ha asumido en el campo
de la prevención de las drogodependencias
y que, sin duda alguna, ha favorecido mucho
su avance, ha sido la necesidad de partir de
un marco teórico que permita comprender
y abordar preventivamente el problema del
consumo de drogas (Becoña, 2002a). Asimismo,
la ponencia técnica del Plan Nacional
Sobre Drogas (1997) sobre los «Criterios
Básicos de Intervención en los Programas
de Prevención de las Drogodependencias»,
señala la necesidad de que los programas de
prevención de las drogodependencias estén
basados en teorías contrastadas, habiendo de
estar consideradas, por tanto, como áreas de
trabajo científicas.
En este sentido, el programa de referencia,
enfoca y diseña su intervención desde la perspectiva
cognitivo-conductual, partiendo de la
comprensión y el abordaje de la problemática
de las drogas basado en las teorías de la comunicación
humana (Watzlawick, 1967), el
aprendizaje social (Bandura, 1987), la acción
razonada (Fishbein y Ajzen, 1980) y los modelos
de competencias (Costa y López, 1996)
y de autocontrol (Santacreu y Froján, 1992).

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

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