jueves, 22 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (II): INTRODUCCIÓN


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (II): INTRODUCCIÓN
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)

El estudio del amor ha sido considerado tradicionalmente
como una temática menor desde
la Psicología Social ( Jiménez Burillo, 1991;
Sangrador, 1993), si bien el interés investigador
se ha incrementado en la última década con
aproximaciones a la psicología del amor tales
como las propuestas por Chiappo (2002) o
Willi (2004), análisis sobre las historias de pareja
y su devenir analizadas por Sternberg (1986,
1987, 2003; Sternberg & Kaufman, 2011) o
abordajes eminentemente psicosociales (Yela,
2000). A su vez, la psicopatología del amor ha
sido objeto de análisis atendiendo al estudio
de las dependencias sentimentales o afectivas
(véase Moral y Sirvent, 2008; Sirvent, 2004;
Sirvent, Moral, Blanco y Suárez, 2014) que
representan un grupo de trastornos difíciles de
asimilar a las categorizaciones convencionales
DSM y CIE, si bien su entidad está documentada,
tal y como se puede comprobar en la
literatura especializada sobre el tema (Delgado
y Pérez, 2003, 2004; Lemos y Londoño,
2006). En concreto, en la comunidad científica
la dependencia emocional ha sido concebida
como un síntoma asociado a trastornos del
eje I (Davila, Steinberg, Kachadourian, Cobb &
Fincham, 2004; Sanathara, Gardner, Prescott
& Kendler, 2003) y como una característica
de algunos trastornos del eje II (Bornstein,
1998) (véase Lemos, Jaller, González, Díaz y
De la Ossa, 2011).
En virtud de los criterios clasificatorios de
las dependencias relacionales distinguimos entre
las calificadas como dependencias relacionales
genuinas (dependencia emocional, adicción al
amor y dependencias atípicas), esto es, con identidad
propia, y las mediatizadas calificadas como
coadicciones (codependencia y bidependencia)
que se consideran como secundarias a trastornos
adictivos, así como las dependencias situacionales
(Moral y Sirvent, 2008; Sirvent, 2004).
Los vínculos interpersonales en las relaciones
de pareja pueden desvirtuarse y ser tendentes
a la manifestación de posesividad y desgaste
energético psicofísico intenso, transformándose
en voracidad de amor, en el caso de los
dependientes emocionales (Moral y Sirvent,
2009). Se perpetúa un vínculo toxicofílico e
hiperestimulador con tropismo hacia relaciones
intensas en bidependientes (Sirvent, 2004)
y en el caso de los codependientes muta en una
confusión entre lo que se siente, se necesita y
se desea, con una vida relacional focalizada en el
otro, con un comportamiento proteccionista
e hiperresponsable (Moral y Sirvent, 2010).
Nuestra propuesta etiológica de los trastornos
relacionales se articula en torno a tres
componentes generales: 1º) Adictofílicos (que
asemejan al dependiente afectivo a un adicto
convencional): 1.a) Necesidad afectiva extrema
con subordinación sentimental, 1.b) Vacío emocional,
1.c) Craving o anhelo intenso de la pareja,
1.d) Síntomas de abstinencia en su ausencia,
1.e) Búsqueda de sensaciones; 2º) Vinculares
(patología de la relación): 2.a) Apego invalidante
con menoscabo de la propia autonomía, 2.b.)
Rol ejercido (subordinado o antidependiente,
sobrecontrol, pseudoaltruismo, orientación
rescatadora, juegos de poder), 2.c) Estilo relacional
(acomodación al status patológico) y,
finalmente, 3º) Cognitivo-afectivos (psicopatología
asociada): 3.a) Mecanismos de negación y
autoengaño, 3.b) Sentimientos negativos (inescapabilidad
emocional, abandono, culpa) y 3.c)
Integridad del yo (asertividad, límites, egotismo).
Relacionado con lo anterior se incide en la
manifestación de problemas emergentes, esto
es, síntomas que el sujeto percibe y por los
que suele pedir ayuda a los profesionales, tales
como: depresión adaptativa, trastorno de ansiedad
con inseguridad, obsesividad, duelo no
resuelto, etc. (Sirvent y Moral, 2007). Asimismo,
en la problemática de las dependencias sentimentales
se constata la importancia de unas
adecuadas habilidades, destrezas, recursos,
competencias, etc., a nivel emocional y afectivo
como herramientas de autoconocimiento y
vinculación interpersonal, abogándose por la
necesidad de optimizar nuestros recursos socioafectivos
como condición sine quanon para
mejorar nuestra salud personal y relacional. Y
es que, dada la multidimensionalidad del objeto
de estudio, ha de abogarse por una visión
comprehensiva integradora de los factores determinantes
de las dependencias sentimentales,
ya que cualquier conducta humana supone la
imbricación de múltiples estructuras a distintos
niveles (biológico, psicológico, psicosocial, grupal,
comunitario, macrosituacional, etc.), que por
necesidad han de ser contemplados de forma
no excluyente, sino como elementos de cuya
interdependencia surge cualquier conducta
específica. De este modo, como base de un
análisis comprehensivo y de un tratamiento
integrador resulta inexcusable la colaboración
interdisciplinar.
Expuesto lo anterior, nuestro objetivo se
concreta en ofrecer una propuesta original de
intervención psicoterapéutica en dependencias
sentimentales, en la que se integran medidas
sustentadas en modelos de corte cognitivoconductual
con otras de entrenamiento
psicosocial tanto en psicoterapia individual
como grupal que está siendo aplicada por el
equipo interdisciplinar de Fundación Instituto
Spiral en el tratamiento en los dependientes
sentimentales.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

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