viernes, 25 de noviembre de 2016

Consumo de alcohol en poblaciones adolescentes (VIII): Prácticas intensivas y prácticas no convencionales


Bebiendo como chicos: consumo compartido de alcohol y rupturas de género en poblaciones adolescentes (VIII): Prácticas intensivas y prácticas no convencionales de consumo de alcohol
Nuria Romo-Avilés1, Jorge Marcos-Marcos1, Eugenia Gil-García2, Alfonso Marquina-Márquez3 y Alicia Tarragona-Camacho1
1 Universidad de Granada, 2 Universidad de Sevilla, 3 Universidad de Málaga.


RESULTADOS: Prácticas intensivas y prácticas no convencionales de consumo de alcohol
Nuestros resultados subrayaron que,
en la amplia mayoría de los chicos y chicas
participantes, el consumo de alcohol se
suele realizar durante los fines de semana.
En este sentido, en lo que respecta a los
episodios de consumo intensivo, fueron
especialmente recurrentes las narrativas que
asociaron estos patrones de consumo a la
celebración de festividades, fiestas locales y,
en general, fechas consideradas señaladas,
incluyendo cumpleaños. La percepción de
convergencia entre chicos y chicas también
quedó representada por los efectos
derivados del consumo intensivo. El hecho
de consumir en exceso por diversión, fue
descrito como una forma de contribuir a
reformular los códigos normativos de género.
Los resultados ponen de manifiesto que,
aunque los excesos fueron principalmente
asociados a los varones, ya no se considera
algo exclusiva de ellos. Esto quedó patente,
entre otras formas de consumo, en las narrativas
recogidas sobre los juegos de alcohol
o en la utilización de instrumentos como el
narguile1, sustituyendo la base de agua por
alcohol. Se trata de prácticas que, en el caso
de los chicos, parecen adquirir un especial
carácter de representación de cara al grupo
de iguales. El siguiente extracto apunta a
que estas prácticas a menudo suelen ser
planteadas como retos y demostraciones
de aguante entre ellos mismos:
E: Bueno, contarme más de juegos así que
sepáis…
Chico 2: ¡La botella de toda la vida de
Dios!
E: ¿La botella?
Chico 1: Eso con chupitos.
Chico 4: Es como un juego de preguntas
en el que si no aciertas, ¡chupito!, que vuelves
a no acertar, ¡otro chupito!
Chico 3: Y así hasta tres opciones. Si a la
tercera no has acertado pasa al siguiente,
pero ya te has bebido tres chupitos a palo
seco.
E: ¿Y cuándo soléis hacer eso?
Chico 1: Cuando nos juntamos los amigos.
A lo mejor un fin de semana. Ahora en
verano, por ejemplo, hay una plaza aquí
al lado del río, pues ahí en el césped a lo
mejor empieza uno y ya…
E: ¿Y haciendo esos juegos uno se emborracha?
Chico 3: Claro, ¡si es que es a palo seco!
(Grupo 10, chicos, 16-17 años)
Aunque los discursos de chicas y chicos
participantes fueron coincidentes en que ellas
llevan a cabo estas prácticas de forma más
esporádica, los resultados muestran que son
formas de consumo que se perciben cada vez
más normalizadas entre las chicas. De esta
manera, en torno a ideas sobre el alcohol
y la búsqueda de momentos de diversión,
emergieron toda una serie de experiencias
de ruptura con la cotidianidad que para las
chicas parecen implicar una liberación de
ciertos mandatos sociales de género.
Chica 1: yo creo que bebemos casi lo mismo.
No sé, a ellos a lo mejor les gusta más
el whisky y a mí a lo mejor el ron…puede
que a ellos quizá les gusta más fuerte, a mi
me gusta más suave, pero…
E: ¿Ellos suelen beber bebidas más fuertes
[mayor gradación]?
Chica 2: quizá sí.
Chica 3: Pues yo creo que bebemos lo
mismo.
Chica 4: sí, yo también (…) nosotras también
hemos hechos cosas que suelen hacer ellos.
Por ejemplo, un domingo de fiesta ¿no? hemos
estado en una casa y hemos dicho: “¿No
tenemos cojones a liarnos a chupitos?”; y si
alguna tiene una botella en su casa, pues saca
unos vasillos y… (…) Por ejemplo, la última
vez empezamos con la tontería de darle tragantadas
a palo seco a una botella de J&B
E: Pero ¿por qué empezó la historia?
Chica 4: No sé, pues como un juego. Empezaron
a dar rondas a ver quién aguantaba
más y yo ya me calenté. Dejaron todos de
beber y yo seguí con la botella a palo seco,
hasta que me puse…
E: ¿Y cuántos chupitos te pudiste llegar a
beber más o menos?
Chica 4: De eso si que no me acuerdo,
porque ya al final era con la botella directamente
(…) Y ya después es cuando
empecé a ponerme mala
Chica 5: Y yo le tuve que dar una ducha
con agua fría
(risas)
(Grupo 9, chicas, 16-17 años)

1 El narguile, más conocido en nuestro contexto
como cachimba, es un dispositivo que, en su uso más
convencional, se suele emplear para fumar tabaco de
distintos sabores.


REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

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