miércoles, 24 de agosto de 2016

Chocolate, café, té y otros estimulantes II (II): INTRODUCCIÓN


Chocolate, café, té y otros estimulantes: bebidas energéticas avant la lettre (II) II: INTRODUCCIÓN
Eduardo López Briz* y Ricardo Giner García**
*Servicio de Farmacia. HUP La Fe (Valencia). CASP España **CC Adicciones (Valencia)

La búsqueda y utilización de sustancias psicoactivas provenientes de la naturaleza acompaña a la historia de la Humanidad desde la más remota antigüedad. Ya sea con fi nes religiosos (ciertos alucinógenos, alcohol), terapéuticos (opio) o puramente sociales (té, café), la modi- fi cación voluntaria de las funciones cerebrales más nobles por parte de los humanos hunde sus raíces en la noche de los tiempos. Se tiene constancia de la utilización de plantas activas sobre el sistema nervioso central (tabaco, opio, efedra, cánnabis, solanáceas) prácticamente en todos los continentes y desde hace varios milenios (Guerra Doce, 2006; Merlin, 2003). La evolución de estas sustancias psicoactivas a lo largo de los siglos ha sido tan variada como pintoresca. Gran parte de ellas se han incorporado al mundo de la farmacoterapia, en ocasiones sin perder su carácter recreativo o de abuso aunque bajo la consideración de ilegales; algunas otras han quedado reducidas a un uso religioso marginal, y por fi n un muy pequeño número han sido integradas entre los hábitos alimenticios, culturales o recreativos de las sociedades modernas. En este último grupo situaríamos, además del tabaco (objeto de otro artículo en este monográfi co), a las que podemos considerar los antecesores directos de las bebidas energéticas, es decir, a las bebidas estimulantes clásicas: café, té y chocolate. Estas bebidas comparten una serie de características que se irán viendo más adelante, pero entre ellas nos interesa destacar precisamente su capacidad estimulante. Bajo este nombre se incluyen, desde el punto de vista farmacológico, un variado grupo de sustancias que comparten acciones dosis-dependientes que se inician con un aumento de la sensación de alerta para continuar con nerviosismo, ansiedad y, en grado extremo, convulsiones (Taylor, 1997). Uno de los grupos que forman parte de esta categoría terapéutica son las llamadas xantinas, principios activos contenidos en las bebidas estimulantes que hemos mencionado y que serán justamente el objeto de las siguientes páginas.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 
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