jueves, 24 de noviembre de 2016

Consumo de alcohol en poblaciones adolescentes (VII): Tiempo de ocio


Bebiendo como chicos: consumo compartido de alcohol y rupturas de género en poblaciones adolescentes (VII): Tiempo de ocio, tiempo de compartir con el grupo de iguales
Nuria Romo-Avilés1, Jorge Marcos-Marcos1, Eugenia Gil-García2, Alfonso Marquina-Márquez3 y Alicia Tarragona-Camacho1
1 Universidad de Granada, 2 Universidad de Sevilla, 3 Universidad de Málaga.

RESULTADOS: 
Tiempo de ocio, tiempo de compartir con el grupo de iguales

Entre las chicas y chicos participantes en el
estudio, el consumo de alcohol estuvo claramente
asociado a una perspectiva hedonista,
relacionada con el ocio y tiempo libre. En la
amplia mayoría de los discursos recopilados,
el hecho de pasarlo bien no fue directamente
vinculado a la sustancia en sí misma, sino a la
sociabilidad y las experiencias compartidas
que se generan en torno al consumo de alcohol.
Desde esta perspectiva, los discursos
apuntaron a una especie de “intoxicación positiva”
conectada al sentido de pertenencia/
influencia del grupo de iguales:
Chico 2: Es que estás más suelto, te relacionas
más.
Chica 1: Yo soy muy vergonzosa y a veces
cuando bebo, pues soy más social y más
segura de mí misma.
Chico 3: También es verdad que te lo puedes
pasar bien sin beber alcohol, pero…
E: ¿Y por qué entonces solemos recurrir al
consumo de alcohol?
Chico 2: Pues porque todo el mundo
bebe, entonces tú no te vas a quedar sin
beber…
Chica 2: Es que a lo mejor vas a una fiesta y
están todos tus amigos y te dicen: “prueba,
prueba…” y ya pues dices: - venga pues ponme
uno. Y después ya na… ciega (risas)
(Grupo 2, mixto, 14-15 años)
Las narrativas de los chicos y chicas participantes
en el estudio fueron coincidentes
al subrayar la dimensión social del consumo
de alcohol. Sin embargo, de los discursos de
las chicas emergieron toda una serie de consideraciones
que denotaron la importancia
concedida al consumo de alcohol dentro de
los procesos de búsqueda de nuevos roles
de género. Acción de ruptura con los códigos
tradicionales de feminidad y masculinidad,
representada por el consumo de alcohol en
espacios públicos. Los resultados de este trabajo
apuntaron al botellón como práctica catalizadora
tanto de los procesos de iniciación
al consumo de alcohol como del establecimiento
de determinados patrones de uso. En
el siguiente extracto, perteneciente a uno de
los grupos de chicas más jóvenes participantes
en el estudio, dicha práctica fue descrita como
un consumo intensivo ocasional:
Chica 2: Cuando bebemos en ese plan
es porque…
Chica1: Cuando decimos: - ¡vamos hacer
algo distinto! ¿Qué vamos hacer distinto?
Pues hacemos eso, nos vamos de botellón.
Y nos lo pasamos mejor. Pero no bebemos
en ese plan todos los fines de semana.
Chica 3: En ocasiones especiales.
E: ¿Y qué ocasiones son esas?
Chica 1: Los cumpleaños y eso.
Chica 4: Cuando hemos terminado los
exámenes.
Chica 3: O que a lo mejor estamos un
tiempo ya sin hacer nada y decimos: - ¡vamos
hacer algo este fin de semana!
Chica 2: Pero es verdad que a lo mejor
los adultos dicen, bueno, vamos a salir a
tomar unas copitas. Nosotros cuando lo
hacemos no es salir a tomar unas copitas,
es tomarnos un lote a medias. Una botella
a lo mejor entre dos.
[…]
Chica 3: Dos, un lote. Una botella, el refresco,
los hielos y los vasos.
Chica 1: El refresco sobra y la botella se
acaba.
(risas)
(Grupo 1, chicas, 14-15 años)

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

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