Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (IV): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)
Como relación de medidas en el proceso
instaurado de dependencia emocional Mansilla
(2001) propone las siguientes consignas:
a) Reconocer la existencia del problema;
b) Desprenderse emocionalmente de los
problemas de los demás; c) Responder con
acciones y no con preocupación; d) Centrar
la atención y energía en la propia vida y no
en el otro; e) Asumir su responsabilidad sin
sentimiento de culpa; f) Salir del ambiente
familiar abriéndose a otros círculos; g) Duelo:
elaborarlo en base a relaciones perdidas
explorando sentimientos asociados y ventajas
y desventajas de esa relación; h) Disputas
personales. Abordar relaciones alteradas y
negocio de diferencias con miembros familiares;
i) Déficits interpersonales (aislamiento y
empobrecimiento social); j) Transiciones de rol:
dificultades de afrontamiento y, finalmente, k)
El final del proceso podría ser un período de
separación, despedida y duelo, de modo que
se refuerzan sentimientos de independencia
del paciente y su capacidad para abandonar y
ser abandonado.
Otro experto en la materia como Riso
(2004, 2006) incide en las siguientes fórmulas
terapéuticas a objeto de evitar la justificación
del poco o nulo amor recibido, de la tendencia
a minimizar los defectos de la pareja o
relación, de la no resignación a la pérdida, del
alejamiento parcial de la persona de la que
se depende y de la persistencia en recuperar
al amor perdido. Se parte del principio del
realismo afectivo mediante el cual se intenta
neutralizar el autoengaño, dado que el dependiente
emocional trata de excusar o justificar
el poco o nulo amor recibido (“Me quiere
pero no se da cuenta”, “Esa es su manera de
amarme”), así como minimizar los defectos de
la pareja o relación (“Nadie es perfecto”, “No
es tan grave” “No recuerdo que haya habido
nada malo”) y de no resignarse a la pérdida,
creyendo que todavía hay amor donde no lo
hay (“Todavía me llama”, “Todavía no tiene otra
persona o está disponible”) o bien persistiendo
en recuperar un amor perdido (“Intentaré
nuevas estrategias de seducción”, “Mi amor
y comprensión lo curarán”). Como fórmulas
terapéuticas propuestas por Riso (2004) se incide
en el principio de autorrespeto y dignidad
y en el de autocontrol consistente, asimismo,
se insiste en la conveniencia de eliminar todo
forma de autocastigo y en el de potenciar el
control de estímulos o las buenas evitaciones.
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