viernes, 30 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VIII): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VIII): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES

María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)


Tabla III

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

jueves, 29 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VII): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VII): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES

María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)


Tabla II

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VI): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (VI): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES

María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)


Tabla I


REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

martes, 27 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (V): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (V): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALESMaría de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)

Específicamente, en lo relativo al tratamiento
integral de las dependencias sentimentales,
en nuestra propuesta se parte de una serie
de consideraciones previas de interés (Sirvent,
2004):
--Constatación de la dificultad del dependiente
emocional para ubicarse en la referencia
del otro (ponerse en su lugar). Esto –unido
a su intención de que los demás respondan
a sus expectativas- aboca a una situación de
inmovilismo reticente.
--La ceguera hacia el otro se podría explicar
por la conjunción de ilusiones y/o atribuciones,
hedonismo, y expectativas. A la
tendencia a cometer sesgos atributivos en
relación a los desajustes relacionales, se
suma la fuerza de la costumbre.
--El desencanto derivado del dolor por la
pérdida bloquea el raciocinio en pro del
pensamiento narrativo. El lenguaje de los
sentimientos (proyectado en el grupo o en
las sesiones individuales) ayuda a recuperar
el pensamiento racional y conduce a encontrar
claves explicativas.
--Para la mejor respuesta terapéutica, es más
eficaz la perseverancia comportamental
(consignas) que la argumentación cognitiva.
--Importancia de dar pasos adelante que
abocan a nuevas situaciones. Cuando la
situación última tiene cierto recorrido, la
reevaluación desde esta distancia obra el
cambio mejor que la más sofisticada técnica
soportada en la simple dialéctica.
--Las historias (ideal, actual, pasadas) son (re)
creaciones subjetivadas, de ahí la importancia
de trabajar los sesgos tanto perceptivos
como atribucionales.
--En los grupos de dependencia sentimental
se observa la capacidad de cada cual para
objetivar los problemas del otro permaneciendo
ciegos para el propio (autoengaño).
De ahí la importancia de dar pasos, aunque
sea basándose en la referencia ajena.
--Ayuda educar indirectamente para la autonomía
para neutralizar el apego dependiente,
dadas las ventajas psicosociales de
la tendencia a interrelacionarse más y en
condiciones óptimas.
Respecto al proceso incidimos en los siguientes
aspectos (Sirvent, 2004):
--La importancia de cobrar conciencia del
problema. El mero hecho de solicitar ayuda
es un gran paso, si bien se puede acudir
con una conciencia errónea o insuficiente
del problema.
--El siguiente paso es adquirir una mayor
conciencia del problema. Dimensionarlo,
reevaluarlo cuantas veces sean precisas y
digerirlo poco a poco. El grupo obra de amplificador
de conciencia y filtro perceptivo
para el autoengaño. También es un importante
catalizador de las primeras iniciativas.
--A continuación se deben acometer acciones
de cierta envergadura (ya desde la primera
sesión se realizan las más accesibles) sirviéndose
de la fuerza especular del grupo
o de la plataforma creada desde su nueva
situación. Para ello se fijan objetivos y métodos
de aplicación realistas y progresivos
--Sobrevienen insigths y crisis evolutivas que
van imprimiendo carácter. Las decisiones se
sopesan más y se es más consciente tanto
de la real situación como de las fuerzas
propias para afrontarlo. Las reevaluaciones
son procesuales y automáticas. En algunos
casos empieza el duelo.
--La decisión serena y meditada de reconstruir
o romper la relación es ya un hecho,
así como la toma clara de conciencia de
afrontamiento.
Basado en lo anterior, a continuación se
explicitan las propuestas de objetivos psicoterapéuticos
para el caso concreto de la
dependencia emocional (Tabla 1), codependencia
(Tabla 2) y de la bidependencia (Tabla 3).

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (IV): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (IV): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)



Como relación de medidas en el proceso
instaurado de dependencia emocional Mansilla
(2001) propone las siguientes consignas:
a) Reconocer la existencia del problema;
b) Desprenderse emocionalmente de los
problemas de los demás; c) Responder con
acciones y no con preocupación; d) Centrar
la atención y energía en la propia vida y no
en el otro; e) Asumir su responsabilidad sin
sentimiento de culpa; f) Salir del ambiente
familiar abriéndose a otros círculos; g) Duelo:
elaborarlo en base a relaciones perdidas
explorando sentimientos asociados y ventajas
y desventajas de esa relación; h) Disputas
personales. Abordar relaciones alteradas y
negocio de diferencias con miembros familiares;
i) Déficits interpersonales (aislamiento y
empobrecimiento social); j) Transiciones de rol:
dificultades de afrontamiento y, finalmente, k)
El final del proceso podría ser un período de
separación, despedida y duelo, de modo que
se refuerzan sentimientos de independencia
del paciente y su capacidad para abandonar y
ser abandonado.
Otro experto en la materia como Riso
(2004, 2006) incide en las siguientes fórmulas
terapéuticas a objeto de evitar la justificación
del poco o nulo amor recibido, de la tendencia
a minimizar los defectos de la pareja o
relación, de la no resignación a la pérdida, del
alejamiento parcial de la persona de la que
se depende y de la persistencia en recuperar
al amor perdido. Se parte del principio del
realismo afectivo mediante el cual se intenta
neutralizar el autoengaño, dado que el dependiente
emocional trata de excusar o justificar
el poco o nulo amor recibido (“Me quiere
pero no se da cuenta”, “Esa es su manera de
amarme”), así como minimizar los defectos de
la pareja o relación (“Nadie es perfecto”, “No
es tan grave” “No recuerdo que haya habido
nada malo”) y de no resignarse a la pérdida,
creyendo que todavía hay amor donde no lo
hay (“Todavía me llama”, “Todavía no tiene otra
persona o está disponible”) o bien persistiendo
en recuperar un amor perdido (“Intentaré
nuevas estrategias de seducción”, “Mi amor
y comprensión lo curarán”). Como fórmulas
terapéuticas propuestas por Riso (2004) se incide
en el principio de autorrespeto y dignidad
y en el de autocontrol consistente, asimismo,
se insiste en la conveniencia de eliminar todo
forma de autocastigo y en el de potenciar el
control de estímulos o las buenas evitaciones.


REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

viernes, 23 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (III): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (III): PROPUESTA DE ACTUACIÓN INTEGRAL EN DEPENDENCIAS SENTIMENTALES
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)

Nuestra propuesta de intervención psicosocial
en dependencias sentimentales en las relaciones
de pareja se orienta al entrenamiento
en adquisición y/u optimización de habilidades
relacionales, estrategias comunicativas y competencias
emocionales (asertividad, control
emocional, autorregulación, confiabilidad, canalización
de impulsos, gratificación prolongada,
etc.) tanto a nivel terapéutico individual como,
sobre todo, en terapias grupales. Todo ello enlaza
directamente con la inteligencia emocional
(IE) intra e interpersonal (Gardner, 2003, 2008;
Goleman, 1995, 2006; Mayer & Salovey, 1997).
Baste recordar la celebérrima definición de
inteligencia emocional aportada por Goleman
(1995, p. 89) en los siguientes términos: “capacidad
de reconocer nuestros propios sentimientos
y los de los demás, de motivarnos y de manejar
adecuadamente las relaciones” y reformulada
hasta conceptualizarla como (1998, p. 98)
”capacidad para reconocer nuestros propios
sentimientos y los de los demás, para motivarse
y gestionar la emocionalidad en nosotros mismos
y en las relaciones interpersonales”. Dado que un
análisis exhaustivo de esta temática concreta
excede nuestras pretensiones se remite a la
revisión de García-Fernández y Giménez-Mas
(2010) en la que se clasifican las propuestas
sobre inteligencia emocional en: a) modelos
mixtos (Goleman, 1995) en los que se incluyen
rasgos de personalidad como el control
del impulso, la motivación, la tolerancia a la
frustración, el manejo del estrés, la ansiedad,
la asertividad, la confianza y/o la persistencia;
b) modelos de habilidades (Mayer & Salovey,
1997) que fundamentan el constructo IE en
habilidades cognitivas para el procesamiento
de la información emocional que el individuo
ha de potenciar, en base a la práctica y, c) otros
modelos en los que se incluyen habilidades
cognitivas, rasgos de personalidad y otros
constructos adaptados a distintos ámbitos.
Resulta básico el entrenamiento en habilidades
de relación interpersonal, en destrezas
socioafectivas y en habilidades emocionales
intrapersonales como la asertividad, así como
en la aceptación de la identidad personal y
psicosocial de las personas con problemas
sentimentales, y relacionales por extensión,
con la superación optimizante de los conflictos
identitarios (identificación, ego rígido, ego
débil) y el fortalecimiento de la autoestima.
Específicamente, en un análisis comprehensivo
de los factores determinantes del constructo
dependencia emocional ha de incidirse en la
influencia de la identidad (dimensión evaluada
caracterosis) y de la autoestima que pueden
actuar como variables mediadoras de la
relación entre la inteligencia emocional y los
conflictos relacionales al nivel descrito. Así,
mientras una baja autoestima se asocia con
distorsiones de la identidad, sentimientos de
apatía y pasividad, los individuos con una alta
autoestima tienden a ser más resolutivos, con
mayores sentimientos de control sobre las circunstancias
y mayor ajuste emocional (Lefevre
& West, 1981). A este respecto, según Bishop
(2000), los déficits en autoestima se asocian a
comportamientos no asertivos. Por otra parte,
las personas asertivas ejercen autocontrol sobre
sus acciones y sobre su estado emocional,
hallándose relaciones positivas entre asertividad
y autoconcepto (Garaigordobil, Cruz y
Pérez, 2003) mediada por la autoestima social
como predictor de asertividad. Asimismo, las
habilidades para comunicarse actúan como
predictoras y mediadoras de la inteligencia
emocional intrapersonal, específicamente de
la asertividad (Kukulu, Buldukoglu, Kulakac &
Koksal, 2006).
Otra área de interés desarrollada en nuestra
propuesta de intervención consiste en intervenir
sobre el constructo locus de control. En
el perfil de los dependientes emocionales se
ha fundamentado la importancia de patrones
consistentes de locus de control interno/
externo y de los mecanismos de culpa intra
y extrapunitivos asociados con indicadores de
bienestar/desajuste psicológico con tendencias
ya sea a la manifestación de mayor estabilidad
en el caso del empleo del locus de control
interno o de mayor grado de agresión y dominancia
en el caso del externo (Österman,
Bjökqvist, Lagerspetz et al., 1999).
Los dependientes emocionales suelen
mostrar menos iniciativa en las relaciones
interpersonales, tienden a interaccionar con
un menor número de personas al focalizar su
atención en el sujeto del que dependen, lo cual
puede que suponga una menor frecuencia de
contactos sociales motivado por sus niveles
de dependencia. Todo ello estaría mediado
por sus déficits motivacionales, los desajustes
identitarios, su baja autoestima y otros descriptores
sintomáticos descritos. Recordemos que,
según Caballo (1997), podría hablarse de dos
estilos comportamentales: uno de ellos propio
de individuos que se comportan de forma
pasiva e inhibida no ejerciendo su derecho a
expresar sus ideas, opiniones, sentimientos
y necesidades para evitar posibles conflictos
y otro el de aquellos que hacen uso de un
estilo agresivo mediante el que no se toman en
consideración los derechos de los demás a ser
tratados con respeto. En este sentido, si bien
la conducta pasiva se encuentra relacionada
con sentimientos de culpabilidad, ansiedad y
sobre todo, con baja autoestima, mediante la
conducta agresiva se violenta la expresión de
las emociones e intereses propios. Específicamente,
en el caso descrito se ha constatado el
empleo de la manipulación y el chantaje emocional,
los juegos de poder, control y dominio
(véase Neidharet, Weinstein & Conry, 1989)
(recogido por Naranjo, 2008). Por tanto, en
nuestra propuesta de intervención a nivel
psicosocial el entrenamiento en mecanismos
de afrontamiento en las relaciones de pareja e
interpersonales también es básico. Se valora
que en el continuum entre sumisión y agresividad
se halla la asertividad como mecanismo
de autoexpresión franca y de responsabilidad
interpersonal.
A partir de la revisión de la literatura sobre
el tema, en el tratamiento de las dependencias
sentimentales resulta de sumo interés el
planteamiento de Sternberg (1986, 1987) formulado
en su célebre teoría triangular del amor.
A título ilustrativo se recoge su propuesta de
algunas fórmulas terapéuticas:
a) Comprender y apreciar el papel de las
historias en el amor.
b) Intentar deducir cuál es nuestra propia
jerarquía de historias.
c) Descubrir la jerarquía de historias de
nuestra pareja.
d) Considerar las similitudes entre nuestra
historia ideal y la historia que vivimos.
e) Intentar maximizar las características
positivas de las historias y minimizar las
negativas.
f) Ser conscientes de que a pesar de que
las historias nos condicionan a la hora
de escoger a nuestras parejas y mantener
relaciones, en ningún momento
las controlan. Está en mi mano decidir
quien será mi pareja.
g) Comprender que las historias influyen
tanto en los acontecimientos que tienen
lugar en las relaciones, como en
las interpretaciones de los mismos. No
existe una interpretación “correcta” de
los hechos.
h) Ser conscientes de que las historias se
escriben y reescriben constantemente.
i) Darse cuenta de que un determinado tipo
de historia puede contar con muchas
variaciones.
j) Comprender que es difícil, pero no
imposible, cambiar las historias.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

jueves, 22 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (II): INTRODUCCIÓN


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (II): INTRODUCCIÓN
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)

El estudio del amor ha sido considerado tradicionalmente
como una temática menor desde
la Psicología Social ( Jiménez Burillo, 1991;
Sangrador, 1993), si bien el interés investigador
se ha incrementado en la última década con
aproximaciones a la psicología del amor tales
como las propuestas por Chiappo (2002) o
Willi (2004), análisis sobre las historias de pareja
y su devenir analizadas por Sternberg (1986,
1987, 2003; Sternberg & Kaufman, 2011) o
abordajes eminentemente psicosociales (Yela,
2000). A su vez, la psicopatología del amor ha
sido objeto de análisis atendiendo al estudio
de las dependencias sentimentales o afectivas
(véase Moral y Sirvent, 2008; Sirvent, 2004;
Sirvent, Moral, Blanco y Suárez, 2014) que
representan un grupo de trastornos difíciles de
asimilar a las categorizaciones convencionales
DSM y CIE, si bien su entidad está documentada,
tal y como se puede comprobar en la
literatura especializada sobre el tema (Delgado
y Pérez, 2003, 2004; Lemos y Londoño,
2006). En concreto, en la comunidad científica
la dependencia emocional ha sido concebida
como un síntoma asociado a trastornos del
eje I (Davila, Steinberg, Kachadourian, Cobb &
Fincham, 2004; Sanathara, Gardner, Prescott
& Kendler, 2003) y como una característica
de algunos trastornos del eje II (Bornstein,
1998) (véase Lemos, Jaller, González, Díaz y
De la Ossa, 2011).
En virtud de los criterios clasificatorios de
las dependencias relacionales distinguimos entre
las calificadas como dependencias relacionales
genuinas (dependencia emocional, adicción al
amor y dependencias atípicas), esto es, con identidad
propia, y las mediatizadas calificadas como
coadicciones (codependencia y bidependencia)
que se consideran como secundarias a trastornos
adictivos, así como las dependencias situacionales
(Moral y Sirvent, 2008; Sirvent, 2004).
Los vínculos interpersonales en las relaciones
de pareja pueden desvirtuarse y ser tendentes
a la manifestación de posesividad y desgaste
energético psicofísico intenso, transformándose
en voracidad de amor, en el caso de los
dependientes emocionales (Moral y Sirvent,
2009). Se perpetúa un vínculo toxicofílico e
hiperestimulador con tropismo hacia relaciones
intensas en bidependientes (Sirvent, 2004)
y en el caso de los codependientes muta en una
confusión entre lo que se siente, se necesita y
se desea, con una vida relacional focalizada en el
otro, con un comportamiento proteccionista
e hiperresponsable (Moral y Sirvent, 2010).
Nuestra propuesta etiológica de los trastornos
relacionales se articula en torno a tres
componentes generales: 1º) Adictofílicos (que
asemejan al dependiente afectivo a un adicto
convencional): 1.a) Necesidad afectiva extrema
con subordinación sentimental, 1.b) Vacío emocional,
1.c) Craving o anhelo intenso de la pareja,
1.d) Síntomas de abstinencia en su ausencia,
1.e) Búsqueda de sensaciones; 2º) Vinculares
(patología de la relación): 2.a) Apego invalidante
con menoscabo de la propia autonomía, 2.b.)
Rol ejercido (subordinado o antidependiente,
sobrecontrol, pseudoaltruismo, orientación
rescatadora, juegos de poder), 2.c) Estilo relacional
(acomodación al status patológico) y,
finalmente, 3º) Cognitivo-afectivos (psicopatología
asociada): 3.a) Mecanismos de negación y
autoengaño, 3.b) Sentimientos negativos (inescapabilidad
emocional, abandono, culpa) y 3.c)
Integridad del yo (asertividad, límites, egotismo).
Relacionado con lo anterior se incide en la
manifestación de problemas emergentes, esto
es, síntomas que el sujeto percibe y por los
que suele pedir ayuda a los profesionales, tales
como: depresión adaptativa, trastorno de ansiedad
con inseguridad, obsesividad, duelo no
resuelto, etc. (Sirvent y Moral, 2007). Asimismo,
en la problemática de las dependencias sentimentales
se constata la importancia de unas
adecuadas habilidades, destrezas, recursos,
competencias, etc., a nivel emocional y afectivo
como herramientas de autoconocimiento y
vinculación interpersonal, abogándose por la
necesidad de optimizar nuestros recursos socioafectivos
como condición sine quanon para
mejorar nuestra salud personal y relacional. Y
es que, dada la multidimensionalidad del objeto
de estudio, ha de abogarse por una visión
comprehensiva integradora de los factores determinantes
de las dependencias sentimentales,
ya que cualquier conducta humana supone la
imbricación de múltiples estructuras a distintos
niveles (biológico, psicológico, psicosocial, grupal,
comunitario, macrosituacional, etc.), que por
necesidad han de ser contemplados de forma
no excluyente, sino como elementos de cuya
interdependencia surge cualquier conducta
específica. De este modo, como base de un
análisis comprehensivo y de un tratamiento
integrador resulta inexcusable la colaboración
interdisciplinar.
Expuesto lo anterior, nuestro objetivo se
concreta en ofrecer una propuesta original de
intervención psicoterapéutica en dependencias
sentimentales, en la que se integran medidas
sustentadas en modelos de corte cognitivoconductual
con otras de entrenamiento
psicosocial tanto en psicoterapia individual
como grupal que está siendo aplicada por el
equipo interdisciplinar de Fundación Instituto
Spiral en el tratamiento en los dependientes
sentimentales.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (I)


Objetivos psicoterapéuticos e intervención integral en dependencias sentimentales (I)
María de la Villa Moral Jiménez* y Carlos Sirvent Ruiz**
* Universidad de Oviedo ** Fundación Instituto Spiral (Madrid y Oviedo)

Resumen
En este estudio se describen los principales objetivos psicoterapéuticos en dependencia
emocional, codependencia y bidependencia de acuerdo con una visión comprehensiva
integradora de los factores determinantes de las dependencias sentimentales. Nuestra
propuesta etiológica se articula en torno a tres componentes adictofílicos, vinculares y
cognitivo-afectivos. El plan de actuación consta de una primera parte evaluativa multifrontal
y una segunda en la que se diseñan las estrategias terapéuticas propiamente, que culmina
en reevaluaciones sucesivas. En el proceso de anamnesis se emplea metodología
cualitativa, ofreciéndose como ejemplo ilustrativo el caso de la calificada como Espina
de Ishikawa. En la propuesta de intervención se integran medidas psicoterapéuticas
sustentadas en modelos de corte cognitivo-conductual con otras de entrenamiento
psicosocial, tanto en psicoterapia individual como grupal. Finalmente, se proponen líneas
prospectivas de actuación en el tratamiento integral de las dependencias sentimentales.

Palabras Clave
Adicciones sociales, Dependencias sentimentales, Dependencia emocional, Codependencia, Bidependencia, Psicoterapia.

Correspondencia a:
María de la Villa Moral
E-mail: mvilla@uniovi.es


REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

martes, 20 de diciembre de 2016

Efectos de la resaca sobre varios aspectos del rendimiento cognitivo (IV): Tablas


Efectos de la resaca sobre varios aspectos del rendimiento cognitivo
Referencia: Stephens R, Ling J, Heffernan TM, Heather N, Jones K. A review of the literature on the cognitive effects of alcohol hangover. Alcohol Alcohol 2008; 43:163-70.



Eduardo López Briz
Servicio de Farmacia. HU La Fe. Valencia (España)
CASP España



REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 

lunes, 19 de diciembre de 2016

Efectos de la resaca sobre varios aspectos del rendimiento cognitivo (III): Bibliografía


Efectos de la resaca sobre varios aspectos del rendimiento cognitivo
Referencia: Stephens R, Ling J, Heffernan TM, Heather N, Jones K. A review of the literature on the cognitive effects of alcohol hangover. Alcohol Alcohol 2008; 43:163-70.

Eduardo López Briz
Servicio de Farmacia. HU La Fe. Valencia (España)
CASP España


Bibliografía
Chauhan BL, Kulkarni RD (1991). Alcohol
hangover and Liv.52. Eur J Clin Pharmacol
40: 187-8.
Crofton J (1987). Extent and costs of alcohol
problems in employment: a review of the
british data. Alcohol Alcohol 22: 321-5.
Harburg E, Gunn R, Gleiberman L, DiFrancisco
W, Schork A (1993). Psychosocial factors,
alcohol use, and hangover signs among
social drinkers: a reappraisal. J Clin Epidemiol
46: 413-22.
Howland J, Rohsenow DJ, Allenswor th-
Davies D, Greece J, Almeida A, Minsky SJ, et al.
(2008). The incidence and severity of hangover
the morning after moderate alcohol intoxication.
Addiction 103: 758-65.
Khan MA, Jensen K, Krogh HJ (1973).
Alcohol-induced hangover. A double blind
comparison of pyritinol and placebo in pre-
venting hangover symptoms. Q J Stud Alcohol
34: 1195-201.
Myrsten AL, Rydberg U, Idestrom CM, Lamble
R (1980). Alcohol intoxication and hangover:
modification of hangover by chlormethiazole.
Psychopharmacology 69: 117-25.
Pittler MH, Verster JC, Ernst E (2005). Interventions
for preventing or treating alcohol
hangover: systematic review of randomised
controlled trials. BMJ 331: 1515-18.
Stephens R, Ling J, Heffernan TM, Heather
N, Jones K (2008). A review of the literature
on the cognitive effects of alcohol hangover.
Alcohol Alcohol 43: 163-70.
Swift R, Davidson D (1998). Alcohol
hangover. Mechanisms and mediators. Alcohol
Health Res World 2: 54-60.
Verster JC (2008). The alcohol hangover:
a puzzling phenomenon. Alcohol Alcohol 22:
124-6.
Wiese JG, Shlipak MG, Browner WS (2000).
The alcohol hangover. Arch Intern Med 132:
897-902.

REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS